MAMÁ, TENGO NOVIO

Tenía que llegar este momento, pero eso no quiere decir que yo estuviera preparada.  Bueno, y del padre de las criaturas, mejor ni hablamos.  Así que cuando un buen día vino mi niña y me contó que su amigo Pablo era su novio, batiendo mucho las pestañas y sonriendo melosamente, me pilló totalmente en fuera de juego:  

-No me digas, María, y ¿cómo ha sido eso?

-Es que me ha pedido que me case con él y yo le he dicho que sí, mami

-Estoooo…pero nena, que eres un poco pequeñita para casarte

-Mamá, que nos casaremos cuando seamos mayores, ahora solo somos novios (dicho esto mirándome con cara de hastío, como si yo fuera tonta)

Y a partir de aquí hemos tenido de todo.  Una fase en que María estaba un poco harta de su novio porque le pedía que se casara con él muchas veces al día, “y ya le he dicho que sí veinte veces, mami, es muy pesado”, cosa que pudimos presenciar muertas de risa ese mismo día al salir del cole, la madre de mi futuro yerno y yo, mientras el pretendiente perseguía a la princesita repitiendo sin cesar: “¿Te quieres casar conmigo? ¿Te quieres casar conmigo?” y ella huía con cara de fastidio llamándolo pesado.

También tuvimos una etapa de crisis, porque parece ser que otro niño de la clase también le había pedido matrimonio a mi niña, y aunque ella ya le había dicho que no, Pablo defendía su honor y decía que le iba a dar una paliza al niño que osaba interferir en su relación.  María le insistía en que no había de qué preocuparse, ya que él era “el elegido”, y lo convenció…afortunadamente, porque el otro niño pesaba como 5 kgs más y no tengo muy claro yo cuá

l hubiera sido el resultado de este peculiar duelo. 

Hemos tenido un sinfín de besos, abrazos, cogiditas de mano e incluso un divertidísimo baile de “príncipe y princesa” que quedó inmortalizado en un video que es para partirse de risa.  Y yo ya me he acostumbrado, de hecho, mi futura consuegra y yo ya hablamos de acordar el matrimonio, por aquello de que la cosa está muy mal, y a saber qué nos traen a casa.  A mí me parece estupendo, el niño es una monada, un trasto como Marcos, pero monísimo, espabilado y de una familia decente.  Que el tema de los consuegros es muy delicado, y si te caen bien, pues tienes mucho ganado.

¿Y qué pasa con Marcos? A ver si os vais a pensar que mi niño no resulta atractivo a las féminas.  Pues sí, el también tiene novia, pero la relación no se yo si es tan sólida.  Nos enteramos por la niña, que ante la pregunta de su mamá de si ella también tenía novio, nos dijo que sí, que era Marcos.  Así que tuvimos que preguntarle al interesado, que parece ser que no se había enterado mucho de la relación, pero no le pareció mal.  La niña era (y es) muy amiguita de mis dos retoños, y además a Marcos le parece la más guapa de la clase, sin contar a su hermana claro, que el amor fraterno de momento parece que tiene preferencia sobre el romántico.

Esta relación también ha tenido sus momentos, porque hay otra niña que parece que también le hace tilín y no se termina de decidir, mi pequeño latin lover.  Pero no pasa nada, “porque tengo mucho tiempo hasta que sea mayor para decidirme, ¿sabes, mamá?”. Aunque la verdad, no es lo mismo, que los chicos son más despegados y dónde esté un balón de fútbol, que se quite la novia.

Hace unos días tuvimos una crisis, Pablo y María rompieron durante unos minutos…bueno, fue cosa de él, que ya se sabe que los hombres son unos inconstantes, porque su amada le rompió sin querer un juguete. Así que se enfadó y le dijo que ya no eran novios, ante el llanto desconsolado de mi pequeña, siendo su conducta duramente afeada por su madre, y es que mi niña se ha ganado ya a la suegra, que no es algo que pueda decir todo el mundo.  Afortunadamente, tras este mini drama, las aguas volvieron a su cauce y son felices de nuevo.

¿Y como nos tomamos nosotros, los padres de las criaturas estas situaciones? Sí que he visto a otros padres tomarse estas cosas un poco, desde mi punto de vista, a la tremenda, riñendo a sus niños y diciéndoles que son muy pequeños para estas cosas y afeándoles esta conducta.  En nuestro caso lo llevamos con humor y sin darle importancia, son cosas inocentes y solo juegan a ser mayores.  Al fin y al cabo, son tan monos y graciosos cuando imaginan dónde vivirán de mayores, cuando se casen y sean “papás y mamás”…Porque el plan es seguir juntos, vivir en el mismo edificio, Marcos y señora en el piso de arriba, y María y señor en el de abajo.  Ah, y la casa estará pintada de azul. 

EVA