jueves, 14 de junio de 2012

EMBARAZO MÚLTIPLE (primer trimestre) - Eva


PRIMER TRIMESTRE DE EMBARAZO

Mi primer trimestre de embarazo empezó muy pronto… me explico antes de que penséis que estoy loca: mi última regla fue el 13 de mayo de 2007 (¡como para olvidarlo, con tantas veces que me lo preguntaron!), y ya el 27 de mayo, domingo, estaba desayunando con mi marido en una cafetería cercana a nuestra casa, como solíamos hacer muchos domingos antes de la llegada de los peques, y al ir a dar un sorbo al café con leche me dio tanto asco que casi vomito encima del estupendo croissant a la plancha que tenía en la mesa. No soportaba ni el olor…”Jorge, creo que estoy embarazada” “¿Por qué? ¿No será que te ha sentado mal algo?” “Que no, que te digo que creo que estoy embarazada, esto no es normal” “Bueno…si tú lo dices” me dijo no muy convencido. Pero el café con leche se quedó sobre la mesa, intacto.

Yo iba notando un montón de síntomas “de manual”: náuseas constantes, cansancio, sueño continuo, pinchazos en el vientre, y por encima de todo, el pecho hinchado y duro como una roca, ¡¡qué horror!! Se suponía que era muy pronto para tener síntomas, pero cada cuerpo es un mundo y yo los tenía.

Después vino la prueba, la visita al ginecólogo y la noticia de que eran dos. Y yo seguía mareada y vomitando todo lo que podía, yupi. A la vez, tenía un hambre atroz, y solo me apetecía hidratos de carbono, pan, arroz, pasta, pizza…Y sobre todo, sueño, me caía de sueño, se me cerraban los ojos en el autobús, en el supermercado, en el trabajo… agotador. Y los ascos. Madre mía, no podía acercarme al pescado, solo su olor me hacía vomitar.

Respecto al embarazo todo iba bien, embarazo de riesgo al ser doble, especial cuidado ya que tengo una enfermedad reumática y cuidado con el peso porque soy muy bajita. Nada fuera de lo normal. Me recetaron Cariban y las náuseas se mitigaron un poco. Muy poco.

Ese verano, estando embarazada de poco más de dos meses nos fuimos de vacaciones a Suances, precioso pueblo cántabro del que no pude disfrutar como se merecía ya que mi rutina era: me levantaba, agotada, desayunaba, volvía a la habitación del hotel a tumbarme a ver si conseguía retener el desayuno, no lo conseguía, vomitaba. Íbamos a la playa, dábamos paseítos, un poquito de sol, nada de mar (no soportaba meterme en agua fresca, ni en playa ni en piscina), vuelta a comer. Siestecita a ver si conseguía no vomitar la comida, a veces lo conseguía, a veces no, más paseitos por el pueblo, cena, y ocasionalmente, si no estaba muy cansada, visita a las terracitas del lugar, a ver si conseguía tomarme algo sin vomitar la cena. No siempre lo lograba… de hecho, mi recuerdo más marcado de esas vacaciones es recordarme a mí misma vomitando todo lo del mundo con la cabeza metida en una papelera en pleno paseo marítimo mientras las familias veraneantes paseaban y me miraban con reprobación. Así soy yo, discreta.

Lo mejor, las ecografías. Aún no sabíamos qué eran, solo que eran mellizos, dos bolsas, dos placentas y todo iba bien. Momento mágico la eco de las 12 semanas, en las que los ví patalear y moverse, ya con figura de bebés diminutos, llenos de vitalidad, juntitos. Me emocioné hasta las lágrimas…todavía hoy lo hago al recordarlo.

Esta soy yo, en Suances, el mismo día que vomité en el paseo, de hecho, como media hora después. No sé si se aprecian las ojeras, la cara inflamada, la mirada cansada y el pecho hinchado, pero estaban ahí.

Eva


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...