viernes, 27 de septiembre de 2013

Cómo sobrevivir a una carrera infantil





Este pasado fin de semana se celebró en Zaragoza la Carrera de los Niños, y por primera vez decidimos apuntar a nuestros vástagos, con la esperanza de que canalizaran toda esa energía desbordada que tienen en algo tan sano como el deporte.  Al menos un ratito.

Yo, la verdad, no las tenía todas conmigo.  Por un lado tenemos a Marcos, que además de ser adorable, cariñoso y muy travieso, es tremendamente competitivo, y desde el momento en que su padre les anunció que iban a participar en una carrera, tenía clarísimo que iba a ganarla.  Le explicamos que habría muchos niños, gran parte de ellos procedentes de clubes de atletismo, y que era difícil ganar, pero él estaba convencidísimo, y dado el genio que se gastan mis retoños, yo preveía una gigantorabieta cuando viera que no era el primero en cruzar la meta.  Y por otro, a María. Mi preciosa princesa, graciosa y elegante como ella sola, pero que lamentablemente ha heredado las escasas aptitudes, y actitudes, deportivas de su (ejem) encantadora madre.  Y me temía la tragedia que mi pequeña drama queen podría montar si quedaba de las últimas.  Pero hete aquí que, como siempre, los niños nos sorprenden.

Aparecimos por el parque José Antonio Labordeta, dónde se celebraba la carrera, sobre las doce, ya que ellos corrían a la una y una y diez, a recoger los dorsales y ver como estaba organizado todo.  Y entramos en una de mis visiones particulares del infierno: aglomeraciones, niños desbocados correteando, padres alborotados persiguiendo a sus retoños y 30 gradazos de pleno sol que nos caían a plomo. En estas situaciones entro en modo madre paranoica, porque me da auténtico terror que se pierdan en una multitud, o que los aplaste tanta gente, o que alguien los coja o...vale, ya respiro y sigo.

Después de ver un par de carreras, y viendo como se desarrollaban, procedimos a instruir a nuestros niños: no os amontonéis, no os empujéis, tened cuidado que os podéis caer, id a vuestro ritmo, si os cansáis mucho camináis un ratito, y sobre todo, hacedlo lo mejor que podáis, pero lo importante es divertirse y los papás van a estar igual de orgullosos si llegáis los primeros, o los últimos.  Estas recomendaciones,  parecen muy básicas, y muy “lo que todos los padres dicen a sus niños”, ¿verdad? Pues, tras ver a niños de 6 y 7 años pegar codazos a los de al lado, agarrarles de los brazos y dar empujones, me da que no debe ser así.

Por fin llegó la hora de la verdad.  Primero corría Marcos, su padre lo acompañó a la línea de salida, y se fue corriendo a la de meta para estar allí cuando terminara, y María y yo nos situamos cerca de la salida para verlo comenzar a correr, María quería animarlo y yo ver que no se dejaba los dientes en el asfalto nada más salir, que son de leche pero aún tienen que durar un tiempo y ya tiene las palas melladas...  Ahí estaba mi niño, en primera fila, con un gesto serio y concentrado que me daba mucha ternura y todo su delgado cuerpecito en tensión esperando la salida.  Esta llegó tras unos estiramientos hechos bajo la dirección de un monitor, y ¡a correr!  Salió como una bala y se puso en los puestos de cabeza en seguida, no se cayó, no lo empujaron y me pude relajar un poquito, para seguidamente encaminarme con María de nuevo a la salida, pues su carrera era la siguiente.  Mi niña se quedó en segunda fila, detrás de otra que le sacaba toda la cabeza, pero tranquilita y saludándome con la mano.  Me situé en un lateral a observarla, esquivando como podía a una de estas “madres de la artista” que se creen que solo ellas tienen hijos, y la vi salir, con gesto concentrado y decidido, y rebasar a la niña alta que tenía delante.  Tuve un momento de instinto asesino cuando vi a la susodicha niña agarrarla del brazo e intentar tirar de ella hacia atrás, pero menos mal que mi nena se soltó sin caerse y siguió hacia delante.  Tragedia evitada.

En ese momento, me acerqué hasta la línea de meta para recogerla, y ver a Marcos, esquivando padres histéricos que pretendían grabar hasta el último minuto de carrera de sus criaturas y te metían una cámara en las pupilas si te descuidabas.  Allí estaba mi pequeño campeón con su padre, sofocado y agotado, porque, claro, había ido a toda potencia durante toda la carrera, no sabe dosificarse ni respirar adecuadamente, y estaba el pobrecito agotado.  Eso sí, de acuerdo a lo previsto, no ganó, aunque quedó en un digno 37º puesto, entre 106 pequeños corredores, haciendo morir de orgullo a sus padres, y, contra todo pronóstico, no se disgustó ni enfadó, y estaba tan contento con la bolsita de golosinas y bebidas que les dieron.



Por fin acabó la carrera de su hermana, y la vimos llegar a la meta sonriente, sonrosada pero fresca como una rosa, y, también contra todo pronóstico, en el puesto 50º de 87 niñas. Otra vez orgullo a reventar en sus progenitores. Conseguimos rescatarla de entre la muchedumbre de padres agolpados, entre ellos uno que pretendía pasar por encima de las cabezas de los demás al grito de “¡voy a recoger a mi hijo!".  Anda mira, y yo que pasaba por aquí a ver si me regalaban algún niño...en fin...
De ahí nos fuimos muy contentos a sentarnos en la hierba e inspeccionar las bolsitas conseguidas, felicitándolos por la carrera, lo bien que lo habían hecho y lo bien que se habían comportado.  Sus conclusiones, que reflejan perfectamente como y qué diferentes entre sí son mis hijos, fueron:

-Mami, la próxima vez lo haré mejor, y ya verás como gano (Marcos).  Y es que mi pequeño gladiador nunca se rinde, y siempre quiere hacer todo mejor.

-Mami, lo de la carrera ha sido muy divertido, pero no me apuntes a más, que se suda mucho y me canso (María).  Mi princesa tiene muy claro lo que le gusta, y dónde esté el ballet, que se quite esto de correr, que es cansado y no tiene glamour. Y no llevas tutú.

Y es que, aunque a veces me cueste creerlo, ya son personitas con su propio criterio, gustos y opiniones.  Y no puedo dejar de mirarlos, perpleja, y preguntarme: Pero, ¿dónde están mis bebés?






4 comentarios:

  1. me encanta eva!! lo que cuentas y como lo cuentas... no he podido dejar de sonreir y hasta he estado en tension hasta ver el resultado!! jajjaaj

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  2. Jajaja, gracias...el mundo de las competidores infantiles es duro!!!!

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  3. me parto XD Pero siento decirte que sí se puede correr con tutú. Quedará rara, pero poderse se puede jeje

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  4. Vale, pero no se lo digas a María!! XD

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