Cuando anuncias al mundo que
estas embarazada recibes todo tipo de comentarios, consejos y relatos que
comienzan con “pues cuando yo estaba embarazada de…”. Bueno, en nuestro caso, como madres de
múltiples, además nos oímos todo tipo de comentarios, algunos más afortunados
que otros, como por ejemplo, mis dos favoritos: “¿pero son naturales?”, como si
antes no hubiera habido gemelos o ahora se hicieran de plástico, y “no sé si
darte la enhorabuena o el pésame”, que directamente es para abofetear al interfecto.
Pues bien, a pesar de que te oyes
de todo, hay ciertas cosas que no te cuentan.
Probablemente esto tenga su razón de ser, ya que si se contaran la
verdad de algunas situaciones, a lo mejor la especie humana ya se habría
extinguido. O no, que los seres humanos
somos muy de llevar la contraria, quién sabe.
Así que, para las valientes, procedo a relatar algunas situaciones de
las que nadie me advirtió:
-Nadie me avisó que habría días
en los que a las 8 de la tarde estaría tan cansada que solo querría sentarme en
el suelo y llorar de puro agotamiento.
-Nadie me contó que un niño de 2
años en plena rabieta que no quiere sentarse en su sillita es como David el
Gnomo, es decir, 7 veces más fuerte que tú.
-Nadie me dijo que tener niños
significaba que, desde que aprendieran a gatear, nunca más podría volver a
hacer pis sola.
-Nadie me avisó lo difícil que es
sacarle los mocos a un bebé que no quiere que se los saquen.
-Nadie me advirtió que, cuando un
bebé o niño pequeño ve acercarse una jeringuilla llenita de jarabe, se
convierte en la niña del exorcista, capaz de morder aunque no tenga dientes,
escupir, patalear, llorar y tirarte del pelo, todo a la vez.
-Nadie me dijo que la falta de
sueño puede hacer que fantasees en mitad de la noche con huir a otro
continente.
-Nadie me dijo lo difícil que es
hacer que se quede quieto un niño que no quiere quedarse quieto.
-Nadie me avisó de que un bebé es
capaz de expulsar el doble de alimento del que ingiere, sea por dónde sea.
-Nadie me dijo que yo iba a mutar
de ser una melindrosa incapaz de ver una vomitona sin sentir arcadas, a una
madre que recoge todo tipo de residuos de sus hijos con las manos. Bueno, me lo dijeron, pero no lo creí!
-Nadie me dijo que hay días en
los que tu marido se convierte en tu peor enemigo porque ha dormido 10 minutos
más que tú.
También hay cosas que me
contaron, pero que no fui capaz de entender totalmente hasta que nacieron mis
niños:
-Me contaron que cuando ves la
carita de tu bebé, te olvidas de todo lo que hayas podido pasar en el embarazo
y el parto. No te olvidas, al menos yo
no, pero todo merece la pena, cobra sentido y volverías a pasarlo mil veces.
-Me contaron que te enamoras de
tu bebé de una forma que deja pequeño cualquier sentimiento que hayas tenido
antes. Y no, no exageraban, nunca pensé
que sería capaz de querer tanto a otro ser humano como a mis hijos.
-Me contaron que el mejor olor
del mundo es el de la cabecita de un bebé, y es cierto, si se pudiera
embotellar y vender, el que lo hiciera se haría de oro.
-Mi madre siempre me decía lo
angustiada que se sentía si yo volvía 5 minutos tarde a casa, y siempre me
decía que tuviera cuidado, y yo contestaba: “¿pero que me va a pasar?” Ahora no puedo leer el periódico o ver un
informativo sin aterrarme, y si pudiera, congelaría en el tiempo a mis hijos
para que siempre tuvieran 6 años.
-Me contaron que no hay nada más bonito que un niño pequeño dormido.
Y estaban equivocados, lo más bonito son tus dos bebés dormidos y
abrazados, podrías mirarlos durante horas.
Y es que nadie dijo que ser madre
fuera fácil, y menos madre múltiple, pero todas las dificultades se hacen
insignificantes cuando un par de bracitos pequeños te ciñen el cuello y
escuchas: “te quiero, mami”. Y cuando
son dos pares de bracitos a la vez, el mundo se para.
EVA
EVA
Cuánta razón, Eva!!! Totalmente de acuerdo!!!
ResponderEliminarBesitos
:)
ResponderEliminar^_^ Ya voy descubriendo alguna de todas esas verdades! :P
ResponderEliminarYo tb soy madre de mellizos, también me preguntaron unas cuantas veces si era natural, estupideces que oyes a diario, como el otro día que una individua, por llamarla de una manera suave, dijo para que la escuchara "mellizos, dios nos libre" de lo que dios debería librarnos es de gente tan patética. Pero sobre todo, lo que peor he llevado desde que nacieron es que el carrito fuese una atracción de feria en el momento que salía por la puerta de casa... Era como un imán, por la calle nos paraban desconocidos cada tres pasos para mirar a los niñ@s.
ResponderEliminarSí, que horror, durante los primeros meses, agotada y sin dormir, y cada vez que salía a la calle me paraban el carrito cada medio metro, como si en lugar de dos niños estuviera paseando dos unicornios, o algo igual de raro...
ResponderEliminarCuánta razón tienes!!!!!
ResponderEliminarLloré y reí al mismo tiempo con tu relato!!
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