Ahora que estamos en pleno
proceso de admisión de los colegios, con la locura de los puntos, los sorteos,
las solicitudes y el “Oh cielos, si no elijo bien estaré condicionando para
siempre la vida de mis hijos y no me lo perdonarán jamás y me abandonarán en
una gasolinera cuando sea vieja”, creo que es el momento de contar como lo viví
yo. Pero así, sin dramatismos ni nada,
que una es serena y tranquila cual estanque de aguas cristalinas. Ejem.
Hace tres años nos tocó
escolarizar a nuestros mellizos en primero de infantil. Sí, ya sé que se supone que hasta los seis
años la enseñanza no es obligatoria, pero intentar matricular a mis hijos en
primero de primaria en un cole que nos gustara lo veíamos casi, casi tan fácil
como que me descubran como modelo con mi 1.57 y mis casi cuarenta años. Así que ni nos planteamos no hacerlo.
Nuestro primer objetivo lo
teníamos claro, tenemos varios colegios en nuestra zona a los que podíamos
optar con el máximo de puntos por proximidad, teniendo en cuenta que no teníamos
hermanos mayores en el cole, ni (gracias a Dios) ningún punto extra por
minusvalía o enfermedad, ni te dan absolutamente nada por el hecho de ser
mellizos. La única “ventaja” que tenemos
es que si, no hay suficientes plazas para cubrir la demanda y se hace un
sorteo, en el momento en el que uno de los niños es admitido, le otorga los
puntos por hermano al otro y lo admiten también. Cosa absolutamente lógica, ya que me parece
un despropósito plantear siquiera la posibilidad de que te manden a dos niños
de tres años a colegios diferentes. Como
digo, teníamos clara nuestra primera opción, un buen colegio, muy cerquita de
casa, con un buen programa educativo y del que además mi marido era antiguo
alumno. Lo malo, que se trata de un
colegio muy demandado, y aunque ofertaba 66 plazas, seguro que íbamos al
sorteo.
Como buena madre (persona, más
bien) neurótica y planificadora me estudié al dedillo la normativa antes de ir
al cole a presentar las solicitudes, y decidí que, aunque existía la
posibilidad de hacer una solicitud conjunta para mis dos hijos, haría dos
individuales. Así cada uno entraría al
sorteo con su número y sus posibilidades intactas. Me presenté en el cole el primer día del
plazo, claro, y lo primero que me dijo el secretario (un chico muy joven) es
que si hacía dos solicitudes me podían enviar a los niños a dos colegios
distintos, y que hiciera la solicitud conjunta.
Ahí me vine arriba y le solté de tirón el artículo, apartado y párrafo
de la normativa en la que indicaba que en el caso de niños de la misma edad, ya
fuera por parto múltiple o adopción, la admisión de uno implicaba la del
otro. El pobre intentó argumentar, pero
no le di opción. Por supuesto, en cuanto
llegué a casa le envié un correo electrónico al director del colegio contándole
el caso y preguntando si acaso yo estaba equivocada. El señor, con más paciencia que un santo y
muy amablemente me contestó en seguida que no, que yo tenía razón (¡BIEN!) y
que el secretario andaba despistado, pero que ya se había puesto en contacto
con él y se lo había aclarado todo. Eva
1 – Secretario despistado 0.
Los días que restaban hasta la
salida de las listas fueron un infierno para mí. Como una es un poquito intensa pues no hacía
más que darle vueltas al tema, tenía muchas ganas de que fueran a ese cole, no
solo porque era el que mejor nos encajaba sino porque, cuando hicimos la visita
preliminar y les pregunté como trataban a los gemelos en clase, si los
separaban de inicio o cual era su actitud, me quedé encantada cuando la
coordinadora de infantil me dijo que no, que consideraban que lo mejor para los
niños era estar juntos, así que en primero los ponían en la misma clase, y no
los separaban en infantil a no ser que hubiera algo que lo requiriera, como que
fueran muy dependientes uno de otro o el hecho de ser hermanos entorpeciera la
clase de alguna manera. Con lo cual, yo
que iba dispuesta a pelear a muerte por el derecho de mis hijos a ir juntos a
clase, me quedé sin munición y muy contenta con esa postura tan sensata. Y he de decir que, a día de hoy, es lo mejor
que pudimos hacer. Los niños no han
tenido ningún problema por ir juntos, cada uno tiene sus amigos, algunos
comunes y otros no, juegan tanto juntos como separados y van fenomenal en
clase.
No me equivoqué al pensar que
habría sorteo, lo hubo, y allí estaba yo, mis hijos tenían cada uno su número
aleatorio, bastante alejados entre sí y cuando salió el número de corte, y
después de hacer mil combinaciones, me pareció que entraban los dos, cada uno
con su número. De lo que estaba segura
es de la admisión de la niña, por lo cual arrastraría a su hermano con
ella. Pero por supuesto, mi muy obsesiva
cabeza no iba a descansar hasta que no salieran las listas.
Y llegó el gran día, salieron las
listas provisionales, me llegó una notificación por correo electrónico, otra
por sms (sí, me apunté a todos los avisos posibles), y además, mi marido se
encontró al director del cole por la calle quién le confirmó que habían entrado
los dos. ¿Me quedé conforme?
Noooooooooo…allí que me fui a la puerta del colegio a pegar la nariz al papel
de la lista y comprobarlo con mis ojitos miopes. Y sí, allí estaban mis dos niños, admitidos
de forma individual, cada uno con su numerito y sin tener que recurrir al hecho
de ser gemelos. Por fin, alivio. Eso sí, me di la vuelta y me crucé con el
director del colegio, que me miró y pude leer en su cara: “¿Pero no les he
dicho ya esta mañana que estaban admitidos los niños? ¿Qué hace aquí la madre
mirando las listas?” Ahí, ganándome la
reputación de madre muy loca antes de empezar el curso, discretita como
siempre.
A día de hoy, estamos muy
contentos con el cole, creo que acertamos con la decisión y me he librado de
que mis hijos me abandonen en una gasolinera cuando sea una abuela loca en vez
de una madre loca. O si lo hacen, no
será por esto.
Hola! Me ha gustado mucho tu escrito! A mi me toca este año... Sabes donde puedo encontrar la normativa que comentas donde se indica que los gemelos tendran dos numeros distintos aleatorios??
ResponderEliminarEs que me preocupa mucho, porque para entrar en la guarderia nos dieron dos numeros distintos, pero eran seguidos! Eso es practicamente lo mismo que si me dan solo un numero...
La verdad es que me quedo mas tranquila leyendo tu comentario porque se sufre mucho con esto de los colegios!!
Muchas gracias!!
Ah, y cualquier consejo que me puedas dar para este tema es bienvenido!! Gracias!
ResponderEliminarHola! En mi caso lo saqué directamente de la normativa de educación, en la web del gobierno de Aragón. No se de qué Comunidad eres, pero entiendo que será similar para todas. Consejos, los que quieras 😊 solo dime en qué te puedo orientar.
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