martes, 5 de febrero de 2013

POSPARTO - Gina


Era mi tercer embarazo y fue un embarazo buenísimo, sin ningún tipo de complicación, que de no ser porque yo tenía una cesárea de mi primer embarazo, podría haber terminado en un parto vaginal, porque las niñas estaban las dos colocadas para nacer.

Así en la semana 37+6 me programaron la cesárea, justo el 14 de mayo de 2008, el mismo día en que mi marido cumplía años (menudo regalo le hice). Yo a la cesárea no le tenía ningún miedo, ya que tenía un recuerdo buenísimo de la anterior, y como en la anterior todo salió perfecto, y mis niñas nacieron con unos pesos buenísimos y se vinieron conmigo a la habitación. Nacieron un miércoles y el sábado nos fuimos las tres a casa a reencontrarnos por fin con mis otras dos niñas que se habían quedado en casa, con los cuidados de mis padres.

Recuerdo cuando entramos por la puerta, mi marido llevaba a las dos niñas, una en cada maxicosi, y las mayores salieron corriendo a recibirnos gritando “manas, manas, manas...” (hermanas) tengo que decir que las mayores tenían 26 y 15 meses respectivamente. Al verlas se quedaron calladitas observándolas y acariciándolas con una ternura inmensa sus mofletes, al mismo tiempo que hacían “ chssssssss” para que no se despertasen. Luego vinieron conmigo y me llenaron de besitos.

Y el postparto fue sin ningún tipo de complicación, con la herida de la cesárea y los puntos aun puestos nos ibamos de paseo con mis cuatro niñas, mis padres llevaban el carrito gemelar de las mayores y yo llevaba el de las pequeñas. A la semana me quitaron los puntos de la cesárea y genial, ni un dolor.

Por decisión propia, consensuada con mi marido, decidimos que no les daría lactancia materna, ya que con mis hijas mayores lo intenté y fue un desastre. A la mayor le di un poco menos de dos meses, y después del pecho le daba un biberón, ella terminó rechazando el pecho, ya que el biberón le era mucho más cómodo, así que empecé a sacarme la leche y dársela en biberón, para mi eso era un engorro y decidí que fuera pecho, porque además yo veía que no tenía, lo mismo era porque estaba ya embarazada de mi segunda hija, no se...

Con mi segunda hija también intenté darle el pecho y con esta si que conseguí estar hasta los seis meses, pero que para mi no era mi ilusión. Lo pasaba mal, para mi era el peor momento del día el de tener que darle el pecho, así que viendo mi experiencia con mis hijas mayores, y teniendo en cuenta que las mayores eran muy pequeñas y que no iban a entender por qué su mamá en ese momento no les prestaba la atención que les prestaba antes, decidí que estas desde el primer momento tomarían el biberón, y no me arrepiento de haber tomado esa decisión. Si que es verdad que la norma era que les daría el biberón, pero que siempre se lo daría yo, que era mi momento para estar con ellas a solas y dedicándome en exclusiva a ellas. Yo le daba a una el biberón y me ponía a la otra cerquita de mi y cuando terminaba con una empezaba con la otra, y en muy pocas ocasiones dejé que alguien les diera el biberón, era nuestro momento.

Y así fueron pasando los días entre biberones, pañales (que las cuatro niñas llevaban), y menos mal que mis padres se vinieron a casa con nosotros, después de comer era el momento en que yo dejaba que se ocupasen de las niñas y yo aprovechaba para echarme una siestecita.

Es duro, pero es una etapa preciosa, que yo recuerdo con mucho cariño, tengo que decir que desde el primer momento han sido niñas que han dormido de maravilla, y me dejaban descansar bastante, se despertaban una o como mucho dos veces por la noche, y siempre una después de la otra, con lo que entre toma y toma me dejaban descansar, y que desde los dos meses y poco dejaron de pedir por la noche, con lo que eso también ayudó bastante.

Pero como siempre digo, yo lo llevé bastante bien, pero reconozco que tuve muuuuuuchaaaaa ayuda, de no ser por mis padres seguro que esto habría sido muy distinto.

Gina

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