¡¡Hola!! Les cuento que mi parto ¡¡fue soñado!! Ya que llegué a la fecha programada, y como mi panza era inmensa, mi médico obstetra me dijo que consideraba prudente realizar la cesárea. Me hubiese gustado tenerlos por parto normal, pero mi hijo "Ignacio" estaba sentado y por lo visto no pensaba moverse, porque estuvo en esa posición más de un mes. En cambio "Isabella" sí estaba ubicada boca abajo.
Bueno, les cuento: tuve a mis mellis en la semana 36 y 5 días, en la clínica modelo de Quilmes, partido de Quilmes, provincia de Buenos Aires, en mi país Argentina; a las 19.30 nació Isabella con 2900 kg y a las 19.35 nació Ignacio con 2600 kg, ambos sanitos, pasaron todos los controles iniciales. Yo estaba súper nerviosa y ansiosa, era la primera vez que entraba a un quirófano, pero todo salió muy bien, la cesárea se terminó rápido y pude muy pronto estar en la habitación con mis dos bebés, no lo podía creer, dos cositas tan hermosas y frágiles ya estaban con nosotros. A la noche del primer día de estar internada, a Ignacio, por control lo llevaron a neonatología, ya que tenía baja la glucosa. Estuvo toda una noche y al otro día a la mañana, se había estabilizado así que lo trajeron nuevamente a la habitación. Al segundo día de estar internada, me dieron el alta, y a partir de ese momento comenzó el gran desafío: estábamos junto con mi marido los cuatro en casita, en realidad al principio, recibimos toda la ayuda, son los primeros nietos de ambas familias, entonces teníamos siempre gente en casa dándonos una mano. El inconveniente fue después del primer mes, mi marido comenzaba nuevamente a trabajar, y por las noches prácticamente estaba sola, ¡no dormía nada! Estuve así varias semanas, durmiendo una o dos horitas nada más, hasta que en febrero de 2012 (cuando los peques tenían casi dos meses) caí en una depresión post parto bastante severa, que puso en juego tanto mi salud como mi matrimonio. Estuve unos días internada y luego comencé un tratamiento que duró varios meses. La ayuda que recibíamos era cada vez menor, y el hecho de adaptarme al trabajo intenso con dos bebes, me saturaron, por eso siempre es mejor buscar la mayor cantidad de ayuda posible!!.
Actualmente mis gorditos tienen ya 11 meses, y pronto a festejar el primer añito, que también será la fecha de sus bautismos. Ahora todo es mas fácil, los gordis son más grandes, se entretienen de otra manera, aparte nos mudamos detrás de la casa de mis suegros y tanto ellos como mis cuñadas nos ayudan bastante.
¡¡El tener MELLIZOS es una experiencia increíble!!, donde todo resulta extremo, si bien el cansancio y el agotamiento están a la orden del día, también es extremo el amor que recibís de parte de los gordos!! todo en algún momento se equilibra, con AMOR todo se puedeee!!
Natalia S.
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