jueves, 15 de noviembre de 2012

PARTO MÚLTIPLE - Andrea

Era la semana 37 y fui bastante nerviosa. Uno de los bebés desde hacía mucho ya estaba colocado cabeza abajo pero el otro en cambio, en cada visita estaba de distinta forma. Tenía contracciones, pero estaba acostumbrada. Con dos niñas, dejé de trabajar en la semana 24, pero de ahí al reposo total...
 
La ginecóloga que me atendió me dijo que ya valía, que había que sacar a esos bebés. Había que programarme la cesárea ya que el bebé de arriba (no quise saber el sexo) tenía la cabeza debajo de mis costillas.
 
Me quedé alucinada. Era mi tercer parto, los otros dos habían sido vaginales y tenía al primer bebé boca abajo. ¿No se podía intentar? Me dijo que era arriesgarme y que ya de paso que me pensara lo de la ligadura de trompas que, aunque no se hacen a tan jóvenes... ¡Yo iba a tener ya 4 hijos!
 
Buf!!! ¿¿Qué?? Demasiada información en tan poco tiempo. Al final, ya que nadie puede asegurarme que todo irá bien, accedo a la cesárea. Quedan 5 días, los cuales me los pasé llorando. Bajo ningún concepto quería una cesárea. Seguía con mis contracciones, que ya ni decía a nadie qué tenía, porque ponía al personal en alerta.
 
El sábado me fui con mis niñas y mi padre al que sabía que sería mi último partido de fútbol sala. Al salir me dio una de las "guapas", que menos mal que mi padre estaba hablando con alguien y no me vio, ni se dio cuenta nadie, porque fue imposible de disimular. ¡Qué dolor! Entonces pensé que me había pasado, los nervios del partido, detrás de dos niñas, yo de 38 semanas, de mellizos y con contracciones de vez en cuando.... Pero bueno, me gustara o no, pasado mañana se acabaría todo.
La despedida del domingo fue lo peor. Mis hijas se fueron a casa de mis padres. Yo ingresaba el lunes a las 8. No dormí. Me pegué toda la noche llorando. Estaba sin mis hijas y la cesárea me daba TERROR.
 
El 28 de marzo de 2011 fuimos al hospital, yo sin hablar. Me pasan, me ponen monitores. La gente super maja, de verdad, y eso se agradece. Aunque yo seguía muerta de miedo. Mi pareja loco con el teléfono. Me quito los pantalones, me van a explorar. ¡Es la misma ginecóloga que me dio la gran noticia! Algo me tranquiliza. Me dice que si he venido así de casa. Que si me duele. Le digo que tengo contracciones pero que es que como no paro... Me dice que estoy de más de 4 cm y que hay una cabeza ahí mismo. Que seguro que si me rompe esa bolsa doy a luz en seguida. ¿Qué? Le explico mi última visita y me dice tengo todo a favor para tener un parto vaginal. Que si no, todos los embarazos gemelares serían cesárea. Le pregunto cómo está el bebé de arriba y me dice que la cabeza la tengo debajo de las costillas (yo la sentía en la garganta porque no podía respirar).
 
Fue maravilloso. Al ser parto doble, me recomendaron epidural (que ya pensaba pedir). Me puse camisón, me cogieron vía, seguí con monitores y me rompió la primera bolsa. A todo esto, mi pareja avisó del cambio de planes. Esto puso nervioso a toooooooodo el mundo (incluído él) ya que veían la cesárea lo más seguro. Pido poca epidural, para mí era importante sentir.
 
En dos horas y media estoy lista. Me explican que como hay tanta gente (dos ginecólogas, dos pediatras, matronas, enfermeras y mi pareja) y el paritario no es muy grande, mis bebés pasarían a la habitación de al lado. Ahí caí en la cuenta de que me había importado tanto la posición y por dónde saldrían que... ¡No sabía cuánto pesaban! Me empecé a agobiar porque no había pensado en la posibilidad de que fueran a la incubadora.. Pero ya no había tiempo.
 
En dos contracciones, a las 12:08, salió mi niño, que pesó 3.030g. Madre mía!! Un niño!! Me hice un pequeño desgarro ya que salió con la mano hacia arriba (como diciendo, ¡¡primeeeer!!). Luego, se puso todo el mundo detrás mía y me quedé mirando a la ginecóloga. Me pusieron un ecógrafo para ver que pasaba con el segundo bebé. No hubo tiempo. Se puso de pie. Así que en una contracción salió un cuerpecito, ¡es una niña!! Ala!!! 3 niñas y un niño!! Q guay!!! Me dijo que en las dos próximas contracciones tenía que sacar la cabeza. Que me incorporara como para hacer una abdominal. Al incorporarme, vi a mi niña saliendo al revés!!! Fue increíble. A las 12:12 y pesó 2.790g. Al poco me salieron las placentas y me cosieron (2 puntitos externos por el desgarro).
 
Después de comprobar que todo estaba bien, cuando ya acabaron conmigo. Me llevaron a la sala de dilatación con mis bebés, los tres en la misma cama. Como ya tenía experiencia me los fui poniendo por turnos al pecho. Mientras mi pareja miraba como un bobo lo que había dentro de mí hacía solo un momento. Fue un momento mágico. Paz, tranquilidad, ya había pasado todo.
 
Nos llevaron a la planta y recuerdo que por los pasillos la gente me miraba y decía: "¡mira, esa ha tenido dos!" (No sabía ni de lejos, las veces que iba a oír esa expresión...)
 
Fue increíble, la ginecóloga estuvo brutal. Al tiempo me la encontré por la calle y se lo volví a agradecer (ella no creo que se acordara de mí). Pero es que todo fue maravilloso, fue un equipo impecable. A los tres días estábamos los tres en casa tan estupendos, y me reencontré con mis niñas.

¡Ya tenía a los 4 en casa!
Madre mía! Pero cómo los quiero!!!!!
Son lo mejor de mi vida.
Sabía que iba a acabar llorando....
Ja ja!!!

Andrea

6 comentarios:

  1. Esos dias en los que parece que nada tiene sentido y la vida se me hace dura, solo tengo que mirar a las caritas de mis nietos y sentirme orgullosa a reventar, de la gran madre que tienen, que por suerte es mi hija. Sigue cumpliendo sueños, tus padres siempre andarán cerca...

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  2. Que grande eres princesa!!! Que manera de llorar.

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    Respuestas
    1. Como le hubiera gustado a tú abuela Lola leer estas cosas tan bonitas que escribes.
      Ala ! yo también llorando. Besos. Paloma.

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    2. Ja ja!!! Muchas gracias tía!!!

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