Cuando nos enteramos de que estaba embarazada, estábamos preparando unas
vacaciones para agosto con unos amigos en Madeira… con los miedos de primeriza
y sin saber cómo iba a estar, me daba un poco de miedo irme tan lejos… por si
acaso…
Así que, antes de decidir dónde ir, de comunicarlo a todo el mundo, etc…
¡¡nos comunican que vienen dos!! Al día siguiente era mi último día de
trabajo y creo que no conseguí hacer nada de provecho… estaba en estado de
shock.
En todo caso, las vacaciones se convirtieron en unos días en la Costa
Dorada, cerquita de casa, por si acaso (yo y mis “por si acaso”)… y no hubo
ningún problema, como tampoco los hubo el resto del embarazo… afortunadamente.
Mi embarazo fue genial, sin sustos, ni nauseas, ni vómitos… así que lo
disfruté muchísimo aunque, sobre todo al principio, estuvo lleno de miedos de
primeriza que mi gine ayudó a resolver: ¿es normal que me duela ahí abajo?
Síiii que se está expandiendo todo ahí dentro ¡¡y muy rápido!! ¿son normales
los pinchacitos? Síiiiii, tranquila ¿es normal que tenga tanta hambre? mmm
bueno, digamos que no es algo raro ¿va a ser un embarazo de riesgo por ser
doble? No mujer, no tiene porqué… si todo va bien, será un embarazo normal,
aunque múltiple; ¿se adelantará? No necesariamente, lo iremos viendo sobre la
marcha ¿será cesárea seguro? Si los niños tienen buenos pesos y están bien
colocados, puede ser vaginal… y así un sinfín de preguntas más… Para mí fue
vital la tranquilidad que me transmitía mi médico, no se lo puedo agradecer
bastante… y decidí que, si no había ningún problema, me atendería él en el
parto en vez de ir a la Seguridad Social.
Yo soy delgadita y mi tripa creció rápidamente... así que a los dos meses
ya no podía ponerme mi ropa sin presionar demasiado, con lo que empecé con la
ropa premamá… Del momento incómodo en el que la gente no sabe si estás
embarazada o es que has comido demasiado jeje, pasamos enseguida al momento
claro de “está embarazada”.
Recuerdo que las primeras semanas después de enterarme de que venían dos
bebés, yo andaba medio histérica (supongo que las hormonas hicieron su parte en
mi alegría desbordada que dejaba paso al nerviosismo desmesurado en cuestión de
10 minutos)… midiendo la habitación, midiendo el ascensor, preguntándome cómo
íbamos a hacer para cuidar a dos bebés… Afortunadamente, mi marido es mucho más
tranquilo que yo y me dijo que no podía planificar cómo sería nuestra vida si
no sabíamos cómo iban a ser los bebés. Tenía razón. A partir de
ahí, cambié el chip y empecé a ver todo positivo.
Hice oídos sordos a todos los cenizos que solo veían la parte negativa de
ser madre múltiple o que me decían "qué horror" como si me acabaran
de comunicar una enfermedad en vez de una doble alegría, y me dediqué a pensar
en todo lo bueno que iba a tener y en toda la gente que me transmitía cosas
positivas. Creo que esto es muy importante: disfrutarlo, vivirlo al
máximo desde el principio.
El primer
trimestre terminó con un momento inolvidable (uno más de todos los que quedaban
por venir): la eco de las 12 semanas, donde se les veía tan bien... Yo me
emocioné, se me saltaban las lágrimas, hasta que el ‘simpático’ del
ecógrafo con su voz de ultratumba, me dijo “no se mueva”… como si una
pudiese contenerse al ver por primera vez a uno de sus hijos… ¿se puede?
Mayte
No hay comentarios:
Publicar un comentario