Dejé de tomar anticonceptivos y al mes tuve la primera falta. Sin decirle
nada a mi marido me hice un test de farmacia y dio positivo. ¡¡Bien!! qué
rápido. Preparé una tarjetita a punto de cruz y le di LA NOTICIA.
Cuando fui al médico, en lugar de mandarme análisis de sangre me enviaron
directamente a hacer una ecografía. Debía estar tan solo de unas 5 o 6 semanas,
no recuerdo. Fuimos los tres, pero como era mera rutina y solo esperaba que me
confirmasen el embarazo, mi marido se quedó en la sala de espera con el peque.
Cuando el médico me dijo que eran dos me quedé sin palabras, solo pude decir,
“por favor, que entre mi marido”. Cuando entró yo ya estaba llorando y no me
salían las palabras, sólo pude
decirle con los dedos que eran 2. Mi marido
sorprendido se echó a reír y así siguió mientras yo lloraba, no se si de sorpresa, de felicidad, de miedo… o de todo a la vez. Yo no sabía que esos dos dedos también significaban “Victoria”
sorprendido se echó a reír y así siguió mientras yo lloraba, no se si de sorpresa, de felicidad, de miedo… o de todo a la vez. Yo no sabía que esos dos dedos también significaban “Victoria”
La enfermera me dijo que hiciera vida normal pero que era un embarazo de
riesgo. Yo no reaccionaba, en ese momento no pude preguntar nada, por mi cabeza
pasaban tantas cosas a la vez… ¿cómo es eso de tener dos bebes?, podrían ser
siameses… , ya no nos vale el carrito, ni la ropa, tendremos que comprar otra
cuna, ya no cabemos en el apartamento… Y
seguía llorando y mi marido consolándome, tranquila, me decía, es una buena noticia…
seguía llorando y mi marido consolándome, tranquila, me decía, es una buena noticia…
Mi cabeza estaba intentando recordar alguna pareja conocida y tenía
verdaderas dificultades, ya que en mi familia ni en la de mi marido, nunca hubo
gemelos ni mellizos. Haciendo un gran esfuerzo por recordar alguno me venía a
la memoria una pareja de niños que eran de los pueblos cercanos al mío y que
iban a la misma escuela que yo cuando tenía 6 o 7 años.
Se llamaban Pedro y Pablo. Debían ser mellizos porque no se parecían nada, uno era muy simpático y jugaba con nosotros, los más pequeños, el otro era más serio. Y unas gemelas, estas sí que eran idénticas, se llamaban Encarna y Felisa.
Se llamaban Pedro y Pablo. Debían ser mellizos porque no se parecían nada, uno era muy simpático y jugaba con nosotros, los más pequeños, el otro era más serio. Y unas gemelas, estas sí que eran idénticas, se llamaban Encarna y Felisa.
También tengo el recuerdo de un día en el parque sentada con mi marido,
entonces novios. Había un conocido suyo que era padre con dos niños y algo
comentamos, pero no podía imaginar que algún día nos pasaría a nosotros. Seguro
que comenté lo típico que suelen decir las personas ajenas; “pobrecito”, o
quizás dije “qué bonito”…
Siguiente paso, ¿cómo se lo decimos a la familia?.
Cuando llegamos a casa, (entonces aún no teníamos móvil), llamamos a los padres de Jose y no se lo creían. Encima me pasó a mí el teléfono y yo confirmaba la noticia riéndome así que sonaba a broma total. Llamamos a mi casa y tampoco se lo creían.
Cuando llegamos a casa, (entonces aún no teníamos móvil), llamamos a los padres de Jose y no se lo creían. Encima me pasó a mí el teléfono y yo confirmaba la noticia riéndome así que sonaba a broma total. Llamamos a mi casa y tampoco se lo creían.
Poco a poco fui
haciéndome a la idea pensando que si me había tocado a mí sería capaz de
llevarlo adelante. Aún no sabía hasta qué punto mi vida se iba a convertir en
una locura maravillosa.
Elena.
Hermoso tu relato!!!
ResponderEliminar