lunes, 20 de diciembre de 2010

Niños y niñas, señoras y señores (parte 2)

Cuando en la lista de mail de Partos Múltiples  salió el tema de diferencias entre “ellos” y “ellas”, hay quien dijo que las niñas son diferentes de las mujeres, y los niños diferentes de las niñas, pero que entre niños y hombres no hay tanta diferencia. Y que, a ratos, el papá, con ese vivir en la parra que tiene a veces, pasa a ser el trillizo de mamá, con la única diferencia de que a él no hay que cambiarle el pañal...

Tal vez sea exagerado, pero no es la primera vez que lo oigo, no... Y salió enseguida si eso es cultural o genético.

Y como en la lista somos mayoría mujeres y tenemos las de ganar, salieron muy pronto mamás de varones más bien mayorcitos o adolescentes que tampoco entienden muy bien por qué sus hijos se lían a mamporros entre sí (da igual con 8 años que con 20), o se preguntan qué territorio, oloroso o sonoro, pretenden marcar con tanto concurso de pedo o de eructo. ¿Será la competición por ser el macho alfa de la manada? Porque, a una escala diferente, lo corroboramos las mamás de niños pequeños que, en general, usan las muñecas para tirarlas por las escaleras o para desmembrarlas, a diferencia de las niñas que son capaces de acunar una botella de agua si no tienen una muñeca y de taparla para que no pase frío. Las mamás de niño y niña confirman la diferencia. Ellas son las mamás finas y presumidas, y ellos apuntan maneras de macarras-bebés que acuden a la hermanita para que les consuele. Las mamás de varones se mueven entre la resignación a abrir ventanas para que salga toda la testosterona, y el alivio de ver la buena fe de sus retoños.

Las mamás se quejan, en general, del sexismo de los juguetes: tanto color rosa para ellas, y tanto gris y monstruos grises para ellos... por más que sean luego las niñas las que exijan rosa y brillantina sí o sí, y que ellos quieran sillitas de muñecas sólo para arrastrar a su hermano en ellas. Pero la educación también tiene su importante papel. Y es capaz de hacer que un niño diga que su moto rosa es unisex, y que unas niñas se pirren con el coche de Alonso. ¡Algo está cambiando!

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