viernes, 6 de junio de 2014

Living la Vida Loca




Una de las cosas que aparecen en tu vida cuando eres madre, además de la falta de intimidad (recuerda, NUNCA MÁS estarás sola) es el estrés.  Pero el de verdad, no el que creías que tenías antes por el trabajo, la familia, la vida…nononononono, ahora llega la hora de la verdad, ilusa de ti.  Estrés que se incrementa exponencialmente si eres multimadre y además trabajas fuera de casa.  Ese estrés es un bonito cóctel de variados ingredientes:  prisa, culpabilidad, perfeccionismo, autoexigencia y la incapacidad de desdoblar el tiempo o estar en 4 sitios a la vez. 
Es queja o comentario habitual entre las madres que conozco, independientemente del número de hijos que tengan: “no llego”, “no me da tiempo a nada”, “estoy taaaan cansada”, “el día no tiene suficientes horas”.  Y yo no soy una excepción, si bien creo que últimamente voy llevándolo (un poco) mejor, gracias a la teoría del junco y al humor con el que siempre intento tomarme las cosas.  Pero como en otras ocasiones, os voy a enseñar alguna de las situaciones que más me estresan, para que veáis que “no estáis solas”:

-las mañanas de colegio: no falla, el fin de semana, mis hijos, sobre todo la niña, se levantan ellos solitos, sin protestar y preferentemente una hora o dos antes de lo que sus sufridos padres querrían.  Pero entre semana, el hechizo se rompe, de dos formas distintas, como no podría ser de otra manera:  la niña se levanta cuando le da la gana, normalmente antes de su hora (me ha salido madrugadora) y se dedica a revolotear por toda la casa haciendo de todo excepto desayunar, lavarse y vestirse.  El niño tarda una vida en levantarse, “es que tengo muuuucho sueño, mami”, sueño del que no hay ni rastro a la hora de acostarse, cuando tenemos que perseguirlo para meterlo en la cama a una hora decente.  Por supuesto, antes de desayunar hay que correr por la casa, jugar al fútbol, tirarse en el sofá y hacer cualquier cosa antes que sentarse a desayunar.  Con lo cual, por mucho que intente mantener la calma, lo habitual es que consigamos salir de casa a una hora decente, con los niños tan panchos, y los padres con el pulso disparado por el estrés de repetir mil veces lo mismo.  Y es que el método de “ya sabe lo que tiene que hacer y si no, hay consecuencias” requiere tiempo, y cuando tienes que llegar a una hora al trabajo y/o el cole, no sirve de mucho.

-te surge un imprevisto en el trabajo, o debes alargar tu horario por algo, con lo que tienes que pedir ayuda para que alguien recoja a tus niños del cole, a la abuela, una amiga o tu prima.  Sabes que los niños están bien, que seguramente no te echan nada de menos y que tu canguro ocasional sobrevivirá, pero aún así, la ansiedad te hace mirar la hora cada 5 minutos, y cuando al fin puedes salir, vuelas a casa y entras por la puerta preguntado: “¿Ha  ido todo bien? ¿Cómo se han portado?”.  Esto es extensible a situaciones que te llevan más tiempo del previsto, como por ejemplo, cuando tienes una cita médica y te hacen esperar más de la cuenta.  El nerviosismo y el mal genio pueden subir hasta límites insospechados.

-tienes que desplazarte con ellos en un autobús.  Si consigues asiento para ellos, la situación es más o menos manejable, pero si no, subir a un autobús atestado con dos niños pequeños puede ser una situación sumamente estresante.  Obviamente, son bajitos y hay gente que no los ve y corren el riesgo de ser espachurrados, con lo cual vas con 10 ojos y 6 manos intentando cogerlos y agarrarte, todo a la vez.  Lamentablemente, poca gente te cede un asiento para ellos, así que tienes que hacer equilibrios, que si además llevas el habitual bolso y alguna otra bolsa, llegan al nivel de funambulista de circo.  Súmale a eso dos niños activos que no paran de moverse, de jugar, de chincharse,de soltarse de su agarre y de preguntarte a grandes voces que por qué no se pueden sentar, mientras miran a su alrededor y la gente se hace la sueca.  Así que llegas a tu destino sudando, despeinada, con la mirada desquiciada y ganas de sentarte en el suelo y llorar.  Y ellos tan frescos.

-tienes que salir a cualquier evento, ya sea un cumpleaños infantil, una cena en casa de amigos o una boda, pero siempre con una hora pactada.  Y antes de salir de casa, cuando ya has conseguido que todo el mundo esté vestido, perfumado y peinado, incluida tú, los niños tienen: a) caca, b) pis, c)una sed insoportable, d) no pueden salir de casa sin un juguete determinado que, por supuesto, no está a la vista.  Y es imprescindible que el susodicho imprevisto urgente surja, preferentemente, cuando estás en el rellano esperando el ascensor.

-en casa, haciendo alguna tarea que no puedes interrumpir, una llamada importante al teléfono, estás subida a una escalera con algo frágil en las manos, con las manos llena de masa de croquetas o esperando que la web de la AEAT se desbloquee y por fin te de tu justificante de presentación de la renta.  O incluso, haciendo pis en uno de esos extraños y preciosos momentos en los que puedes hacerlo sola.  Y escuchas un grito desgarrador, un llanto inconsolable o un estruendo que hace temblar las paredes. Porque la ducha no cuenta, más de una vez he salido chapoteando a ver si se estaban matando.
Intuyes que no pasa nada grave, se están peleando por un juguete o se han atizado un porrazo, pero si no puedes acudir en un microsegundo, tus niveles de estrés se disparan.

Así que, ya sabéis, no estáis solas, todas hemos sentido alguna vez esa sensación de ahogo, pero no pasa nada.  Respirad hondo, sonreíd y sed un junco.

8 comentarios:

  1. Me encantas, jajaajaj, es que defines mi vida!!

    ResponderEliminar
  2. Realmente soy poco original, pero por otro lado que bien se siente saber que otras sufren, perdón: pasan por las mismas experiencias, gracias Conxi!! ;)

    ResponderEliminar
  3. jajaja me encanta como escribes!! hasta los momentos de estres parecen menos leyéndote pq es imposible que no acabe sonriendo..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. O me lo tomo así, o acabaré balanceandome en un rincón contra una pared acolchada :P

      Eliminar
    2. Eva podemos balancearnos juntas ;)
      A veces mi cerebro y mi paciencia colapsan xD

      Eliminar
  4. Me identifico totalmente parece q fuera yo contando mi día a día. Pero es q todos los niños se ponen de acuerdo en hacer lo mismo?? Mis mellizos me llevan a estas situaciones diariamente, pero resistiremos el estrés!!

    ResponderEliminar
  5. Yo creo que es parte de una conspiración mundial...pero resistiremos!!!!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...