Ir con dos niños pequeños a cualquier sitio suele resultar
muy intenso… Todo depende de si te acaba compensando o no.
Nosotros sí que hemos ido a bastantes sitios con ellos…
algunas veces con mejores resultados que otras, la verdad… En mis hijos, el truco que nunca falla es
llevar comida. Suena a que los cebo para
que se estén quietos? Hombre, tampoco es eso… pero sí que es verdad que consigo
que estén quietos y que así se fijen en lo que están viendo y se enganchen.
Obviamente, nos hemos tenido que ir amoldando a las
circunstancias… No es lo mismo unos bebés que unos niños de casi tres años
Por ejemplo, somos socios del baloncesto desde hace muchos
años. Cuando nacieron los niños nos
planteamos qué hacer y decidimos seguir, a ver qué pasaba. Así que aquí sí que hemos visto la evolución
desde los 6-7 meses hasta ahora con casi tres años. Resultados? Pues diversos…
Mis hijos nacieron en marzo y esa temporada no pudimos/quisimos
llevarlos. Pero para la siguiente
temporada, decidimos intentarlo y nos cambiamos de localidad para poder entrar
con el carro y llevarlo hasta nuestros asientos. Y el plan solía ser el siguiente: en la
primera parte, se entretenían bastante (han salido a sus padres, no les asusta el
follón, las luces, los sonidos…) así que los dejábamos en el carro. Y cuando ya empezaban a cansarse, en el
descanso, sacábamos los tupper, les dábamos la comida, y después a tumbarse y a
dormir. En esto hemos tenido suerte, si
tienen sueño, se duermen en cualquier sitio.
Este año es distinto, porque ya se mueven mucho, así que hay dos trucos: comentar con ellos el partido, enseñarles
la mascota, el marcador, animándoles a que aplaudan etc… y las palomitas, que
son infalibles. Y para la segunda parte,
puede servirnos un cuento de pegatinas, unos coches… Claro que nosotros
acabamos sin ver mucho el partido jeje, pero lo pasamos bien los cuatro, que es
lo que importa.
Aparte del basket, también hemos
ido a ver marionetas, a espectáculos expresamente de niños donde pueden
participar activamente (estos han sido un éxito), a conciertos (la música les
encanta en todas sus versiones, ya sea infantil o de adultos, dentro de un
orden), al circo y al Disney on Ice.
Cuando eran pequeñitos y aguantaban en el carro, hacíamos cosas al aire libre… desde ir a procesiones de Semana Santa (se dormían
perfectamente incluso con el ruido de los tambores), hasta ir a un concierto de
adultos al aire libre, donde acabaron aplaudiendo.
También fuimos a un par de espectáculos para niños. Uno de ellos era específicamente para bebés,
recuerdo que uno de mis hijos ni andaba.
Estaban todos los niños en el escenario, con los actores y tenían que
tocar cosas, subir, bajar… Otro era para verlo sentados. A este fuimos porque nos tocaron las
entradas, pero les gustó mucho porque era todo con música, colorido, muy
bonito. Por supuesto no estuvieron
quietos todo el rato tan formales… pero sí que les entretuvo casi todo el tiempo y no tuvimos que irnos antes, lo cual ya es un éxito.
En los espectáculos que hemos ido más recientemente, se nota
la evolución y la diferencia. Primero
porque antes de ir ya les hablamos de lo que vamos a hacer, saben dónde vamos y
tienen muchas ganas. Y segundo porque entienden más y se enganchan más a lo que estamos viendo.
Por ejemplo, les dijimos que iríamos al circo y estaban emocionados... hasta lo
contaron en la guarde. Cuando entramos
se quedaron con la boca abierta, cantaron las canciones de los payasos, vieron
a los equilibristas y sí que al final ya estaban cansaditos, pero salieron muy
contentos y emocionados.
Mucha gente nos ha dicho, pero qué valientes, cuantas cosas
hacéis… No creo que valientes sea la palabra… quizá inconscientes? Jejeje Pero
bueno, nos gusta poder hacer cosas, que los niños vean, disfruten, experimenten…
Y además ahora podemos comentar con ellos:
-¿Os ha gustado? Siiiiiiiiiiii
- ¿Quién se lo ha pasado muy bien? Yooooooooo
- D, ¿qué es lo que más te ha gustado del circo? Las
canciones! ; J, ¿y a ti? A mí, el circo!
- ¿Has visto que contentos los enanitos porque Blancanieves se
ha curado? Sí, menos el gruñón, que sigue enfadado
¿Qué si nos compensa? Rotundamente sí. Aunque acaben agotados y nosotros estresados,
ver sus caritas de felicidad, verles dar palmas… compensa.
Mayte
Mayte
No hay comentarios:
Publicar un comentario