viernes, 14 de junio de 2013

Cuando la operación pañal es doble


En estas fechas, todo el que tiene un niño con dos añitos cumplidos se encuentra en la tesitura de quitarle el pañal, y lo contempla con más o menos horror.  Si tienes dos o más niños en esta circunstancia, el horror sube exponencialmente…

Hace tres años, teniendo los nenes 2 años y 5 meses, nosotros nos pusimos manos a la obra con el espinoso tema.  Yo lo planteé estupendamente, se lo íbamos a quitar a los dos a la vez, los veíamos preparados, y en su guardería opinaban lo mismo, así que el plan era sencillo: durante las horas de guardería las señoritas nos ayudarían llevándolos a hacer pis cada poco rato, y por la tarde, aprovechando las buenas temperaturas, me los llevaría a la piscina, y allí con poquita ropa y calor, si tenían escapes sería más fácil lavarlos y cambiarlos, y el desastre menor.  Compré un montón de bañadores y ropita interior, y preparé varias mudas de ropa para la guardería.  Al fin y al cabo, no podía ser tan complicado…

Pues no, no iba a ser tan fácil, justo el fin de semana que les quitamos el pañal, un temporal de viento y lluvia pasó por aquí y nos dejó una semana encerrados en casa.  Una semana en el infierno.  Mis niños en la guardería lo llevaban fenomenal, sin apenas escapes, pero en casa era otro cantar…empezamos con un par de escapes cada tarde, o sea, cuatro pipís y cuatro cambios, y subimos hasta una memorable tarde en la que tuve que limpiar 13 pipís y 3 cacas en 2 horas.  Yo no podía comprender, con lo poco que han comido siempre mis criaturas, de dónde sacaban el material para fabricar tanto desecho, y me ponía cada vez más nerviosa.  Esa noche, totalmente agotada, estuve pensando qué era lo que hacía mal, si podía hacerlo de otra manera, llevar mejor la situación…y llegué a la conclusión de que poníamos nerviosos a los niños.  Tampoco ayudaba el hecho de que mi madre, cada vez que se mojaban, les riñera y les dijera que eran unos cochinos, que lo manchaban todo...en fin, eran dos niños muy pequeños aprendiendo algo totalmente nuevo y teníamos que tener más paciencia.  Así que me propuse que al día siguiente mantendría la calma y le diría a mi madre que cambiara de actitud.  Y fue muy bien, los niños respondieron muy positivamente y empezaron a pedir ir al baño y a controlar, primero María y después Marcos, hasta el punto de que en poco más de una semana lo tenían más o menos controlado.  Eso sí, yo estaba pendiente de preguntarles si tenían pipí y de llevarlos al baño cada cierto tiempo, pero la cosa mejoró enormemente.

Hubo retrocesos y momentos negros, como en el caso de mi hija, que después de un mes sin pañal, cogió la estupenda costumbre de, cuando yo no le dejaba hacer algo o le reñía, se hacía pis encima a propósito.  Sí, esa es mi nena, todo dulzura, pero con un mal genio cuando lo saca que…Afortunadamente, la fase le duró poco.

También en septiembre, cuando volvieron a la guardería, Marcos tuvo un retroceso importante.  Yo lo achaco a que tuvo demasiados cambios de golpe: vuelta a la guardería después de todo el verano con mamá, lo separaron de su hermana y se lo llevaron a otra clase y además, después de haber estado con una señorita que era muy dulce y cariñosa, le tocó una que era bastante rígida con los niños y los abrumaba a normas.  Y mi dulce y sensible niño lo acusó bastante, así que durante 3 o 4 semanas estuvo haciéndose pis encima de nuevo, pero poco a poco y con paciencia, volvimos al redil.

Eso sí, la caca fue otro cantar.  Mis niños siempre han  sido de “intestino ligero” y cuando dicen que tienen caca, la tienen.  Así que cuando estaban aprendiendo, si decían que tenían caca, normalmente no daba tiempo a llegar al baño.  Esto me deparó momentos gloriosos en la piscina, que todas mis amigas recuerdan con jolgorio.  Como cuando Marcos se hizo caca encima, y en el camino al baño, la perdió.  Sí, salimos de la zona de merendero con la caca en el bañador, y al llegar al baño, no estaba.  A fecha de hoy no he conseguido saber qué fue de ella, y desde aquí le transmito mis más sinceras disculpas al operario de la piscina que la encontrara…ejem.  Afortunadamente, poco después de volver a la guardería, controló también esto.

Por otro lado, María tuvo muchas dificultades, porque hacía mini – cacas, sí, pequeñitas y a lo mejor 6 veces al día, así que le costó mucho controlarlo, y cuando lo consiguió, al mes y medio más o menos, volvió a hacérselo encima.  Harta y desesperada, y pensado que lo hacía intencionadamente por algo (según la guardería, celos de su hermano), se lo dije a su pediatra y él nos remitió a un cirujano infantil.  Diagnóstico: nada de celos, fisura anal.  Mi pobre nena tenía tal dolor que intentaba no hacer caca, pero claro, al final el intestino “rebosaba” y de ahí las mini cacas.  La tuvimos que tratar con varias cremas, una que le poníamos con una cánula en el interior del ano, y otra con fuera, además de un ligero laxante.  Con eso, en 10 días se corrigió el problema.  Al cabo de dos meses, para mi horror, se le reabrió la fisura y tuvimos que empezar de nuevo.  Esta segunda vez fue la definitiva, y hasta hoy, menos mal.

En mi caso, les quité el pañal a los dos a la vez y en la fecha que les “tocaba”, el siguiente verano a cumplir los dos años, pero otras amigas con gemelos lo han hecho de uno en uno, o rozando los 3 años e incluso ya cumplidos.  Lo más importante es observar a nuestros niños para intentar encontrar el mejor momento para hacerlo, y que ni ellos ni nosotros tengamos que sufrir innecesariamente.

Como conclusión y consejos generales: observad a vuestros hijos, tened paciencia, no les riñáis si se hacen pis encima, estad atentos a cualquier signo de dolor o incomodidad ya que lo de las fisuras no es tan infrecuente, y sobre todo comprad muuuuuuuuuuucha ropa interior. 

Eva

4 comentarios:

  1. uffff yo recuerdo esa etapa fatal... pq mi hija no tenai escapes (diurnos).. creo q solo tuvo dos escapes.... pero.... no hacia pipi... se podia tirar mas de 8h sin hacer pipi y luego venia llorando a rabiar q le dolia la barriga..
    el pediatra me dijo q eso no era bueno pq aguantarse tantas horas podia provocar infecciones...
    a todo este te hablo a un mes de entrar al cole....
    Hizo su primer pipi y caca en orinal a una semana de empezar el colegio (ya me veia q no la podia meter)....
    es una etapa dura para ellos y para nosotros..

    juliabc.

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  2. Que estrés!! Yo en eso tuve "suerte", como son de enero, cuando les quité el pañal aún les faltaba un año para empezar el cole. La verdad, me alegro mucho de no tener que volver a pasarlo...

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  3. jajaajaj perdona me he reído mucho con la caca perdida, me he sentido muy identificada con el post, tb tengo dos enanitos y aunque no son gemelos se llevan 2 y 4 meses de diferencia. Con él fue un infierno, una semana que sudé tinta y con ella fue rápido, en un día dominado menos la caca, que tb la iba perdiendo por la playa jajaajajja, costó lo suyo, la de bragas que llegué a tirar, una tarde en el parque me quedé sin muda, hasta me dejaron un pañal, yo opté por retroceder con ella, con la caca, es que se me extreñia y no era plan, le puse braga pañal porqeu el pipi ya te digo, ni un escape pero la caca.... Y en un par de semanas como que cogió otra vez el truquillo. Lo de las rabietas con meados incluidos me suena, ella tb una vez pilló un cabreo monumental en la cola del super y se meó. Os voy a incluir en mi blog!!

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  4. Jajajaja, Conxi, siempre consuela ver que no soy la única :P Yo todabía no se como pasé por tanta caca, con lo escrupulosa y repelente que he sido yo siempre para estas cosas, sobre todo para los olores. Mi madre se partía de risa...ya dicen que la venganza de los padres son los nietos...

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