Hace 11 años que conozco a mi marido, Raúl, pero el día
que nacieron nuestros hijos, como tantas otras veces me sorprendió...
No había cogido a un recién nacido en su vida, y en cuanto se los pusieron en
los brazos, los cogió con una naturalidad, un amor, claro, no era cualquier
bebe, eran sus hijos y los cogía con el amor protector e incondicional de un
padre.
Esos 4 días de Sanatorio, yo solo me ocupaba de ponérmelos al pecho y
"recuperarme" de la cesárea, el daba biberones, cambiaba pañales, los
vestía...A mí se me caía la baba de verlo, parecía que lo hubiera hecho toda la
vida!!!
Lo más duro que pasó, es que cuando nacieron nuestros hijos, a las pocas horas
se tuvieron que llevar a Eva al Hospital, porque pese a sus 3,100kg, nació con
97% de saturación de oxigeno, la niña estaba bien, pero por prevenir y por
consejo del pediatra, se hizo así...Yo estaba todavía "atontada",
porque no recuerdo todo con claridad, o mi mente no lo ha querido retener...
No quiero ni imaginar cómo tuvo que ser para él, ese viaje en ambulancia
con nuestra hija dentro de una incubadora, ni como tuvo que ser dejarla allí, "sola",
para volver al lado de nuestro otro hijo, Hugo, y de mi. Solo estuvimos un
día y medio separados, pero se nos hizo eterno!!!! Mi marido iba al hospital en
todas las horas que había de visita, pero se volvía sin ella... En la última
visita, sin previo aviso, le dijeron que se la podía llevar, no llevaba ropa,
pero pensó que no la dejaba sola ni un minuto más. Y con el body del Hospital,
liada en una manta, la metió en el maxicosi, y con la calefacción a todo lo que
daba, se la llevo a nuestro encuentro, de esto sí que me acuerdo!!!
Todavía se le escapan las lágrimas cuando vemos algún reportaje de niños en
incubadoras...
Desde ese día, no nos hemos separado en 2 años nada más que 4 noches, y casi
por obligación, para nosotros la felicidad plena es cuando estamos los 4
juntos!!
Nuestro día a día es conjunto, yo los llevo a la guarde, él los recoge, cuando
llego a casa ya están sentados para comer, o casi, yo no trabajo por la tarde, así
es que puedo dedicarme a disfrutar de ellos, cuando llega Raúl, juega con
ellos, los baña y prepara la cena para los 4, y dormirlos, lo hacemos
indistintamente.
Como veis, ninguno lleva más carga que otro, cada uno disfruta de nuestros
hijos dependiendo del "tiempo libre".
Estamos muy orgullosos de cómo estamos educando a nuestros hijos, y cómo
coincidimos en la forma de hacerlo, no nos hace falta consultarnos nada.
Raúl, este 19 de marzo Día del Padre, quería darte las gracias, por lo que te
implicas con nuestros hijos, por los valores que les estás aportando, por
sacrificar tus ratos de ocio por dedicárnoslos a nosotros, por ser como eres y
demostrarnos todos los días lo mucho que nos quieres.
Nosotros también te queremos mucho,
Tus hijos, Hugo y Eva y tu mujer, Laura
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