martes, 6 de noviembre de 2012

PARTO MÚLTIPLE - MÓNICA V.


Siempre tuve bastante miedo al momento del parto. De hecho, antes de quedarme embarazada me hice un seguro privado para "asegurarme" un parto sin dolor, con la epidural prácticamente firmada y una programación si fuese necesario para que no me pillase con fines de semana, horas difíciles, vacaciones...

Siempre que planeas las cosas el resultado es todo lo opuesto. Tuve que luchar mucho para quedarme embarazada, malas noticias unas tras otras pero al final conseguí gestar a mis mellizos.

Un par de semanas antes del parto tuve la gran "fortuna" de caerme por las escaleras del ático en el que vivía. Con casi 8 meses me destrocé el coxis, me hice una brecha en la cabeza en la que me estamparon 5 grapas sin ningún tipo de tacto ni delicadeza y menos de anestesia, claro está. Después de las curas de urgencias me enviaron al hospital para que viesen cómo estaban los bebés, ya que no tuve ningún tipo de sangrado.

Me dejaron ingresada porque advirtieron que estaba dilatada de casi 3cm. Días después me enviaron a casa porque mis mellis no tenían intención de nacer.

En la revisión de la semana 36, un gran especialista que controlaba el estado de mis bebés me aconsejó que intentase que me provocasen el parto ya que los mellizos no tenían sitio y podían empezar a sufrir.

Después de pelearme con otra ginecóloga conseguí que el 24 de junio a las 8 de la mañana empezase mi largo día de parto. Me lo provocaron, me pusieron la epidural y por fin conseguí dejar de sufrir también por mi coxis! Todo iba bien hasta que un mal movimiento desencadenó la tortura. La epidural se salió y ¡¡después de 4 horas diciéndolo se dignaron a comprobarlo y a confirmarlo!! Me la volvieron a pinchar con la mala fortuna de que para el momento del parto, el anestesista me durmió las contracciones ¡¡pero la zona de expulsión no!!

Mi niño tropezaba una y otra vez en mi coxis y lo rebotaba hacia arriba así que tras muchas horas de sufrimiento para los tres y tras la negativa a una cesárea por parte de los doctores, nació por parto super instrumentado, sin llanto y corriendo a reanimación. No pude oírlo ni verlo. Eran casi las 12 de la noche. Ahora empezaba un nuevo sufrimiento, quedaba por nacer mi niña, con una cardiopatía congénita. 20 minutos después, al día siguiente por fin nacía mi niña. Lloró, me la enseñaron, pude besarla y se la llevaron a neonatos. 27 días después saldría por fin del hospital.

Mi parto fue muy doloroso, triste, me quedé en la sala sola, el suelo completamente lleno de sangre, sin niños y con una hemorragia que no podían controlar.

Después de un larguísimo parto, una transfusión de sangre, una reanimación y un ingreso de casi 1 mes, conseguí tener a mis niños juntos en casa.

No se debe planear tanto, las cosas nunca salen como tú esperas.

Mónica V.

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