domingo, 20 de mayo de 2012

LA GRAN NOTICIA - Cristina

Se podría decir que cuando te sometes a un tratamiento de fertilidad asumes el riesgo de tener un parto múltiple. Por esa razón tenía casi asumida la posibilidad de que fueran dos, pero nunca tres.

Pasó mucho, mucho tiempo antes de que nos decidiéramos a tener hijos. Las razones son muy comunes, inestabilidad en el trabajo, falta de recursos económicos, buscar el momento adecuado dentro de la relación de pareja... Y cuando por fin parecía que todo eso nos permitía lanzarnos, vienen tres y todo lo que parecía controlado, se descontrola.

Me quedé embarazada al tercer intento.

Me enteré antes de notar la falta e incluso antes de que me tocara hacerme el test de embarazo. ¿La razón?

Fui a urgencias porque me encontraba fatal, tenía un cansancio horrible y me mareaba. Allí me recogieron una muestra de orina y me enviaron a la sala de espera. Increíble, pero estaba vacía. Estábamos solos Guille y yo. Al rato me llaman, van a hacerme un análisis de sangre. En lo que la enfermera va a buscar el instrumental para pincharme veo sobre la mesa un papel donde leo: "positivo débil". Cuando regreso a la sala de espera le digo a Guille: "que es positivo" y allí lloramos y nos besamos.

La siguiente noticia fue que me dejaban ingresada por una hiperestimulación ovárica. Se me hinchó la tripa mogollón. Era como estar de 5 meses de golpe.

El embarazo lo festejamos, aunque un poco enturbiado por tener que quedarme ingresada, pero lo deseábamos mucho, así que lo del hospital y el posterior reposo lo llevamos bastante bien.

La verdadera noticia llegó más tarde. Yo me temía un parto múltiple ya que tanta hormona y detectar el positivo tan temprano en la prueba de embarazo me lo hacían sospechar. Me hicieron ecografía a la semana y aún no se veía de cuántos estaba porque había mucho líquido. A la siguiente, sí.

Aquí hay uno...con latido, aquí tenemos otro con latido también, y aquí hay otro....

Me quedé como que no me lo creía. Enseguida llamaron al padre y le dijeron "hay tres". Yo le miraba y creo que tampoco podía creérselo.

Lo siguiente que nos dijeron es que era tan pronto que podía pasar de todo, que podía absorberse alguno o no prosperar, que no nos viéramos como padres de trillizos...

A partir de aquel día los niños siempre estuvieron bien y siempre siguió habiendo tres.

Cristina.

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