domingo, 10 de agosto de 2008

comentarios de la gente

Estando embarazada leí unos posts sobre comentarios de la gente que me pareció curioso. Ahora que mis niños tienen casi cinco meses yo misma he podido vivir en mis propias carnes algunos (casi siempre de perfectos desconocidos), unos pocos ya los han vivido y escrito otras compañeras y otros no los he leído:

- "Huy, ¿son dos?" (este es repe, ya alguien lo comentó. Ganas de contestarle lo que la compañera ya dijo: "no, señora. Es uno solo y usted va borracha").
- "¿Son hermanos?" Este también es repe, y dan ganas de contestar con una variante de lo que leí por aquí: "no, señora. Matrimonio gay".
- "¿son iguales? ¿Son de dos bolsas?" Bueno, me ha salido uno rubio y el otro moreno, en plan Zipi y Zape. Ganas dan de mandarlos al oftalmólogo. Y lo de las bolsas, casi contesto que entre la anestesia y la emoción se me olvidó llevármelas pa guardar la compra y reciclar de paso, pero que no las vi en el quirófano, es que soy miope.
- ¿son niño y niña? Ese día en concreto iban de marineritos en plan Popeye. En fin.
- "¡Ay, por favor, acércamelos que tengo que tocarlos!" Joer. Yo de culo porque llegaba tarde al médico y, de puro estupor, acabé acercándole el cochecito a la señora en cuestión para que los tocara. Y me dejó cavilando sobre si tengo dos niños o dos patas de conejo.
- "Dan mucho trabajo, ¿no?" Comentario de la que está deseando explicaciones, claro. Una mamá de múltiples tiene tooodo el tiempo del mundo para dar explicaciones. Y eso que toooodo el mundo sabe que sí, que dan mucho trabajo, leñe.
- "Pues mi hermana tiene dos que se llevan año y medio, y ¡eso sí es peor!" Sí, señora, yo encargué mellizos para competir en el club de las mamás con más curro. No tengo otra cosa que hacer que comparar quién tiene más trabajo, de hecho le he pedido a mi marido que este mismo mes me haga trillizos y así gano el concurso.
- "Y, ¿tienes antecedentes en la familia?" Sí señora, ¿y usted, qué tal su historial ginecológico? (esto último a veces no hace falta preguntarlo, lo sueltan ellas así de espontáneamente)
- "¡Pobrecita, dos!" Algunos hasta con caricia en el brazo en plan sentido pésame. A éstos en concreto los mandaría muy, muy lejos. ¿Pero qué se han creído, narices? Los que sueltan perlas como ésta olvidan que hablan de los hijos de una, de dos personitas, que los quiere con locura y que ya no cambiaría su situación por nada del mundo. Impresentables...
- "Ostras, ¡dos! ¡Sí que tiene mérito!" Pero, ¿qué mérito? Es lo que hay, para bien o para mal. Ser papás de múltiples es una circustancia no elegida, pero ni es una desgracia, ni nos hace mejores o peores padres, en absoluto. Como todo, tiene cosas buenas y cosas malas (qué chungos fueron los primeros meses), pero como cualquier madre yo siento que tiene muchas más cosas buenas que malas, con sus particularidades, pero ya está.

Y situaciones curiosas, propias de mamás (y papás) de múltiples:

- ir con prisas, con los bebés y con el padre de una por el barrio es incompatible. El hombre conoce a todo el vecindario y hay que pararse pa que luzca nietos cada diez metros más o menos, y cada parada salpicada con algunos de los comentarios anteriores.
- Servidora en la vida había generado tanto buen rollo por la calle como ahora. Ir con el cochecito biplaza, ver cómo la gente primero los mira y luego sonríe es todo uno. Y cuando he llevado a uno solo en la mochila y no ha pasado eso, ¡casi lo he echado de menos!
- a veces me paran mamás de gemelos mayores, de veinte, treinta o más años que recuerdan su propia maternidad. Estas sí me hacen gracia sin excepción, porque saben (no sólo suponen) lo que tú estás viviendo.

Conclusión: en general, hacen gracia los comentarios aunque alguna vez se pasan tres pueblos. Y que no cambio a mis mellis por nada del mundo, aunque cuando empiezan a llorar en estéreo sin saber por qué den ganas de darse a la fuga...

Toñi

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