Me vais a perdonar que, después
de tanto tiempo sin aparecer, me ponga nostálgica. Y es que, como dicen Celtas Cortos, después
de tanto tiempo, “me había puesto a recordar” (a raíz de comentarle a una mamá
preocupada en Facebook que “nadie te va a entender como otra mamá múltiple”) mi
añorado patio de vecinas. No, no es que
me acuerde de mi tierna infancia y las vecinas de mi abuela, sino de aquel
grupo de multimadres que descubrí cuando era una embarazada de mellizos
angustiada por si no sabía ser madre, sabiamente bautizado por mi querida y
admirada Toñi, una de las personas más lúcidas que conozco, como “el patio de
vecinas”.
Como creo que hemos hecho muchas,
si no todas, cuando me dijeron que esperaba dos bebés, me lancé a Internet a
buscar información. Y entre tanta
historia truculenta, malformaciones genéticas y riesgos varios la
encontré. Nada más y nada menos que una
web que anunciaba que los partos múltiples son toda una locura, pero
maravillosa. Y conforme iba leyendo,
mejor me sentía, más tranquila, más segura y entonces, las conocí: un grupo de
mujeres, madres o embarazadas múltiples que compartían sus miedos, sus
inseguridades, sus experiencias y su vida.
Un grupo posible gracias a nuestra querida “jefa”, Elena, que a pesar de
tener a sus niños ya mayores (ahora 3 hombretones adultos guapísimos) seguía
allí, guiando a embarazadas asustadas y madres recientes que no sabían si
sobrevivirían a la locura de criar múltiples, por muy maravillosa que
fuera.
Cuando la lista cerró, me dio una
tristeza tremenda, porque esa lista y esas mujeres habían sido parte de mi vida
durante años: mis heroínas particulares,
María José, Belén, Toñi, Gina, Eva, Elena, que fueron mi inspiración y mi fuerza en
esos primeros meses tan agotadores y desesperantes, y lo siguen siendo muchas
veces. Compañeras de viaje, iniciales y otras
que se fueron añadiendo, mi Mayte, Almu, Verónica, Noelia, Isa, Natalia, Leticia, María, Patty, Maru, que nos
leía desde el otro lado del océano y es la nerd más guapa que os podáis imaginar,
y tantas otras que me acompañaron en cada paso, que me ayudaron, me aconsejaron
o simplemente me “escucharon” pacientemente y me dieron ánimos cuando no podía
más. Y es que, si algo tenía de especial
ese grupo es que nunca se juzgó a nadie, ni por dar teta, ni por dar biberón,
ni por portear, ni por no, ni por practicar el colecho ni por no hacerlo…solo
se ayudaba, aconsejaba, opinaba y se transmitía una enorme calidez de corrillo
de amigas, de “patio de vecinas” como un día se le ocurrió decir a Toñi.
Tengo muy presente todavía
levantarme cada mañana y echar un vistazo, a ver como iban el piso de Belén, la
operación de Vera, las embarazadas del
hospital de Cruces (Cuantas multimamis teníamos allí a la vez? Tres?) o la
cerebalitis de Leire (menudo susto!!!), alegrarme, reír y sufrir con ellas.
Y lo echo de menos, echo de menos
la cercanía, el poder preguntar cualquier cosa, fuera de pañales, de cacas, de
rabietas, de leche, de la declaración de la renta, la seguridad social o las
ayudas a múltiples, sabiendo que nadie te va a juzgar y que seguro vas a
recibir respuestas. Y es que, señoras
mías, eso es lo que debemos hacer, esa es la verdadera “crianza respetuosa”,
término que ya me chirría por la estrechez del marco en el que lo quieren hacer
encajar, no solo respetar y querer a nuestros hijos, sino respetar y apoyar a
otras madres, porque esto no debería ser una competición a ver cual es la mejor
madre, sino una gran comunidad en la que nos podamos apoyar.
Por todo eso, chicas, seguiréis
formando parte de mí, de mi historia, aunque os pierda la pista o nos crucemos
de vez en cuando por Facebook, porque me gusta saber que estáis bien, que
vuestros bebés ya son niños, que crecen sanos y felices. Por todo esto, y por lo vivido, simplemente
GRACIAS.
Eva
P.D. La lista se cerró, pero nos
vemos en https://www.facebook.com/ groups/partosmultiples/